viernes, 20 de junio de 2014

RENDIRSE... JAMÁS

 En la vida tenemos  dos opciones: una rendirse y la otra seguir luchando.  Muchos eligen la más fácil que es la primera, la de darse por vencido, pues no solo es la más fácil sino la que más ronda en nuestra cabeza; y es que no vamos a negar que hay momentos en la vida en el que quisiéramos rendirnos de una vez por todas.
Nosotros hemos estado alguna vez en ese caso, sabemos  lo que se siente al ver que el momento malo  no cambia, en donde pareciera que por más esfuerzo que realicemos no vemos ningún cambio,  donde todo se pone en contra y se nos viene la interrogante en la vida ¿me rindo? o ¿sigo luchando? Es obvia la respuesta que hemos elegido, por eso estamos compartiendo este texto con ustedes,  pero eso no  significa que no hayamos sentido en algún momento el amargo sabor de la derrota  o no hayamos olido el amargo sabor del fracaso. Pues tenemos que entender una cosa: podemos perder batallas, pero jamás una guerra.
Es lo mismo que hemos podido entender  al haber leído la obra el CANTAR DEL MIO CID que relata acerca de las difíciles situaciones que pasó el protagonista, RODRIGO DÍAZ DE VIVAR,  pues nos deja mucho  que pensar  la paciencia  y fortaleza que tuvo cuando el rey  lo expulsa de sus tierras, luego  lo más difícil que fue  dejar a su familia  ya que él las amaba tanto, conmoviéndonos el hecho  que hasta lloró cuando tuvo que dejarlas, pero  esto  no lo desanimó a dejarse vencer, más bien le dio más fuerzas para seguir luchando, enfrentó todas estas situaciones difíciles que muchos  no habrían querido , las enfrentó una vez  tras otra y siempre salió victorioso. Además él  era una persona justa  porque cuando ganaba las batallas repartía las ganancias en partes iguales para todos, y eso hacía que la gente lo admirara mucho más. Otra de las cosas que nos gustó fue que  nunca dejó  de creer en Dios, pues era tan grande su amor  y fe por Él  que nadie se lo puede imaginar, él  pensaba que Dios no nos ve como  derrotados, ni como  fracasados, Él nos ve como un victorioso, como un vencedor, como alguien con la capacidad de poder soportar todo lo que está viviendo, pues Dios jamás pondría una carga sobre tu vida que no puedas soportar.
Recomendamos su lectura, en tiempos en que tenemos tantos problemas; es una obra motivadora porque es tan similar a la vida real  y nos enseña que los fuertes son los que ganan sin buscar una recompensa, solo buscando demostrar ser personas de buena honra.
¡Sigamos en la lucha, esto no ha terminado, toda clase de pensamientos de derrota debe ser  echada  fuera para declarar  que nuestra vida depende de Dios,  , quien tendrá siempre el cuidado de guardarnos, fortalecernos, y de las decisiones que tomemos.
Aquí les dejamos un vídeo para que se animen a leerla.